Si alguna lectura podemos sacar de la crisis en la que vive el país es que las ideas de negocio están floreciendo, que ya no vale con repetir lo mismo que hacen los demás, porque ahora tenemos un consumidor con mucho menos poder de adquisición, y tenemos que aportar un valor añadido a lo que hacemos para que los clientes se decanten por nosotros y no por los demás.
En España, gracias a la variedad de la gastronomía
mediterránea, siempre han existido muchos tipos de bares o restaurantes. Montar
un restaurante puede ser una solución de negocio para muchos, pero debemos
tener claro algunos puntos.
Lo primero es que hay que estudiar el mercado, la zona donde
nos queremos instalar, el público objetivo al que nos queremos dirigir, la
competencia que está a nuestro alrededor y qué nos va a diferenciar. Quienes
montan restaurantes suelen ser personas que han trabajado durante mucho en la
hostelería por lo que conocen como nadie como se mueve el negocio por su zona.
Una vez tengamos claro en el estudio de mercado todo lo que
nos rodea, debemos seleccionar un estilo que tenga aceptación. No se trata de
tirar los precios sino de dar una experiencia de calidad a nuestros clientes
para que repitan.
Esto se consigue haciendo un local cómodo, que los alimentos
estén conservados en cámaras frigoríficas que permitan su perfecta
conservación, que optemos por un cocinero o jefe de cocina adaptado al estilo
que queremos, que nuestro servicio sea atento o que hagamos algunas campañas
para que se nos conozca.
Como consejo también es importante empezar poco a poco, más
vale tener una carta no muy extensa y que cumpla con las exigencias que tener
una gran carta pero ninguna especialidad distinta al resto.
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