Pongámonos en situación, somos los propietarios de un establecimiento de hostelería, se nos pueden plantear distintas situaciones dependiendo de nuestra función en el negocio. Si nosotros somos los cocineros no hay problema alguno, cuando diseñamos el establecimiento con la ayuda de los profesionales que nos asesoraron y con la experiencia nuestra en la cocina, todo debió ajustarse a medida.
Pero si, por el contario, te ves en la necesidad de
contratar un chef, recuerda que la cocina que tengas es la que se tiene que
adaptar, es frecuente que cada chef quiera una maquinaria de cocina a la que
ellos están acostumbrados, pero un verdadero Chef se adaptará a la cocina que
tiene y adaptará sus platos a ello. Siempre que sea necesaria, por inicio de
actividad o por circunstancias obvias, la reforma de dicha cocina y de la
maquinaria de hostelería y cámaras frigoríficas. En cuyo caso no sería nada descabellado el escuchar
las recomendaciones que el cocinero nos hiciera.
Imaginemos la situación que se nos vendría, de momento, cada
vez que un Chef llegara a trabajar al restaurante y te pidiera maquinaria de hostelería especial
para él. No ganarías suficiente para poder amortizar todas las compras.
Es necesario hacer particular hincapié en que gran parte de
nuestro personal debería de ya tener experiencia, que servir y tratar con gente
no es cosa fácil. Pero hay cosas que priman, y en un negocio o las cuentas
salen o todos acaban en la calle.
Otro punto importante a la hora de poner en marcha un negocio
de hostelería, es el mobiliario y los utensilios de cocina, igualmente las
sillas y mesas deben de ser confortables, no queremos que nuestros clientes se
vayan pronto y no vuelvan. Lo mismo para los utensilios, siempre deben estar
absoluta y completamente limpios e impecables, y al mismo tiempo, debemos
contar con todo lo necesarios, si vamos a montar un bar, debemos tener todo
tipo de bebidas y copas para ofrecer los tragos. En resumen, ya sea la
maquinaria, el mobiliario, o lo que sea, debemos siempre sopesar los pros y los
contras, pero teniendo muy claro que nosotros somos los “capitanes del barco” y
los responsables de las decisiones.